Paseos estéticos entre posibilidades y
perspectivas con el diálogo
Consorcio Relacional y
Socioconstruccionista del Ecuador (IRYSE)
Diego Tapia Figueroa Ph.D. y
Maritza Crespo Balderrama MSc. (diciembre, 2018)
“Todo lo que hago, lo hago con alegría.” Michel de Montaigne
(trad. en 2007, p.588)
Cuando paseamos por los
conceptos nos encontramos con relaciones y conexiones complejas; mejor aun si
provienen de la literatura, la filosofía y la psicoterapia. Pensar y
reflexionar distinto es invitar cada vez a un diálogo, como si fuese la primera
vez, a preguntar, cuestionar e interpelar críticamente las verdades
establecidas, los sentidos convencionales, estereotipos, lugares comunes y
prejuicios. Es acercarse a la estética, al arte; un tema de creatividad,
imaginación.
Por ejemplo, para comprender
la integridad intelectual, nos parece pertinente mencionar al escritor
ecuatoriano Leonardo Valencia, que cita a Giorgio Manganelli (1976): “El
lenguaje didáctico, orientado a personas que quieren aprender nociones que
ignoran, tiende a limitar la gama de los significados y a eliminar los matices,
aquel misterioso halo que circunda la palabra”. (El Universo, 11 de diciembre,
2018).
Veamos, otra entrada, que
puede significar la diferencia entre “el ser y la nada”, ahora con Goethe:
“Trata a un ser humano como es, y seguirá siendo lo que es. Sin embargo,
trátalo como puede llegar a ser y se convertirá en lo que está llamado a ser”. En
contextos culturales, sociales y relacionales proclives a la descalificación,
la zafiedad y lo abyecto, con actitudes reactivas, autovictimizaciones,
pusilanimidad y vulgaridad de moda, puede ser esa mirada apreciativa, la que
construya la diferencia que genera futuros impensados, que los crea, con gozo.
O, como nos recuerda el mejor
escritor (para nosotros) -lean “Corazón tan blanco”- contemporáneo en lengua
española, Javier Marías: “…como venía a señalar Savater en el Capitán Trueno, también
nos dio unas cuantas lecciones de ética práctica, aunque muchos de nuestra
generación las hayan desaprendido: no se deben dejar pasar las mentiras ni las
injusticias ni los abusos ni las opresiones; la amistad debe tenerse en mucho y
jamás puede traicionarse; no hay que ensañarse, ni con los malvados, con los
cuales cabe ser clemente si se logra derrotarlos; al enemigo hay que ofrecerle
salida cuando depone las armas y ya no encierra peligro; y no hay que
desesperar, porque siempre habrá una nueva viñeta, salvadora, después de la
palabra mágica, “Continuará”, promesa de la felicidad venidera.” (La Zona Fantasma.
9 de abril de 2006)
Reflexionemos con la posición
del poeta ecuatoriano Iván Carvajal -lo citamos in extenso por el valor y
trascendencia de su aporte-, quien en su artículo “La crítica y la ética”
(Diario El Comercio, 1 de enero del 2000) sostiene: “La filosofía es por
esencia problemática. Lo que busca del lector es realmente el cuestionamiento
de su mundo. La filosofía no consuela. Lo mejor de ella es su fuerza
desconstructiva, demoledora…La filosofía es un pensar crítico, una actitud
escéptica: la puesta en cuestión de los saberes, de las verdades consagradas…Nietzsche
advertía que la filosofía sólo sirve para entristecer y para denunciar las
bajas formas de pensar…Las condiciones del trabajo y, más ampliamente, de la
vida cotidiana -la totalidad del ámbito
de reproducción de la vida humana- no son razonables ni libres ni justas…Los
mecanismos de dominación pueden ser represivos -ejemplos sobran todos los días-
o encubiertos, a través de la masificación de los sujetos. La barbarie, bajo
múltiples formas de violencia y estupidez, domina la vida. La corrupción y la
doble moral dominan la política y la economía…La filosofía se revela necesaria
para demostrar los dispositivos de algunos grandes prejuicios, de los
fundamentalismos nacionalistas, religiosos o políticos, del cinismo de los
campeones del “libre mercado” en el capitalismo tardío y global. Pero también
de prejuicios más sutiles: ciertas formas de poder pastoral que día a día
instituyen lo moral y lo inmoral, los límites entre el Bien y el Mal, lo
“políticamente correcto”… Es necesario cuestionar el relativismo,
esa forma perezosa de conformismo dominante, exigiendo criterios razonables
para las posiciones asumidas. Cabe destacar la emergencia de formas de acción
destinadas a cambiar la vida pública y privada: el profundo cambio social y
cultural operado por las mujeres: los movimientos ecologistas, de derechos
civiles... La filosofía es necesaria como conducta destinada a
establecer una relación razonable con lo diferente: otras culturas, el otro
género, otras creencias, la Naturaleza. Para insistir en nuestra posibilidad de
metamorfosis... La filosofía es necesaria, aquí y ahora, como
actitud crítica frente a las formas de la estupidez más peligrosas para la
vida.”
En este blog, hemos ido
proponiendo con constancia y de manera consistente, que lo que importa comprender
y sostener, no es solamente acerca de los problemas que nos atañen u oprimen,
cuanto y como de los recursos y fortalezas que tenemos y contribuimos a
movilizar. La pregunta constante, que necesitamos reconocer y entender, además
de dar, nuevamente, cada vez otras y nuevas respuestas tentativas, es: ¿qué queremos
hacer, y para qué, conjuntamente; distinto?
La necesidad de abrir espacios
de diálogo y reflexión en la sociedad ecuatoriana nos permitirá contribuir a
generar una vida pública comprometida con el bienestar de todos. Se trata de
fomentar la consolidación de una cultura democrática basada en la práctica
permanente, consistente y genuina de un diálogo abierto. El diálogo significa
abrirse a escuchar a los demás para juntos, comenzar a pensar desde un lugar
distinto, cómo coconstruir responsablemente las condiciones que hagan viable el
bienestar social. Es un ejercicio colectivo de imaginación y creatividad para
resolver conjuntamente los temas importantes de la convivencia ciudadana en un
contexto de respeto, reflexión crítica y aportes significativos.
Es conversar sobre lo
significativo para generar posibilidades de futuros innovadores. Conversar sin
competir por quién gana, aceptando la polifonía social, respetando el disenso y
legitimando el derecho a la diversidad y las diferencias; en un contexto así,
florecen la creatividad, las coordinaciones sociales, y las innovación
productiva. Al conversar reflexivamente se rompe el aislamiento, los prejuicios
y el rechazo social, en el diálogo se está con los otros, se crean vínculos
relacionales significativos con los otros, se construye algo conjunto que antes
no existía para crear nuevas realidades sociales y soluciones generativas a los
conflictos existentes. El desafío es crear condiciones para la transformación.