viernes, 18 de octubre de 2019


Investigación Relacional Dialógica (I)
Consorcio Relacional y Socioconstruccionista del Ecuador (IRYSE)
                       Diego Tapia Figueroa, Ph.D.  y Maritza Crespo Balderrama, M.A.
(octubre, 2019)


“Cultura es mirar al otro. Respeto es mirar al otro una vez más.”

 (Tom Andersen y John Shotter)


Abrazar la complejidad (*)

La investigación es para conectarse, “para abrazar la complejidad” como lo propone Sheila McNamee (en la Red Internacional de Investigación Relacional del Taos Institute).  El método de investigación (la investigación relacional dialógica) se convierte en un recurso que contribuye a que las personas puedan involucrarse, participar, reflexionar, comprometerse y actuar en las direcciones que co-crean juntos. Investigar será un proceso en el que vamos generando las condiciones para relacionarnos con lo nuevo, lo distinto.

Un proceso basado en la colaboración exitosa, que se construye con los otros, desde una postura de curiosidad, respeto, apertura, aceptación, reflexión:

  •  Es tener una sensación de participación
  • Que invita a una sensación de pertenencia
  • Que invita a una sensación de contribuir
  • Que invita a una responsabilidad compartida
  • Que co-construye significados nuevos
  • Que significa un diálogo transformador

Conectando todo esto, nos lleva a:

·       Una pragmática reflexiva/ diálogos significativos/ alternativas/ resultados/ soluciones/ ética relacional/ bienestar común/ futuros posibles

Como nos lo explica Jan Defehr (2008), en su tesis:

El método, en la práctica de la terapia colaborativa, siempre está "en camino", siempre es un "estreno", siempre es utilizado por “primera vez” que surge de una situación dialógica histórica particular (p. xvi).

El método de investigación orientado desde el construccionismo social nos permite, justamente, la apertura a la polifonía de las voces participantes y la diversidad de posturas existente y no se construye previamente, ni a partir del otro, sino que como sostiene Harlene Anderson (2016) es una construcción que hacemos con el otro, en conversación.

Según Kenneth Gergen (2011), la investigación construccionista social se ocupa principalmente de abordar los procesos mediante los cuales las personas llegan a describir, explicar, o, de alguna forma, dar cuenta del mundo (incluyéndose a sí mismos) en el que viven.  Según Gergen (2011, p. 16): "Si, tal como propongo, el sentido nace del proceso relacional, es preciso concluir entonces que el concepto de mente individual resulta esencialmente de la relación”.

El “método” utilizado en este estilo de investigación no tiene parámetros previamente fijados, hipótesis planteadas con anterioridad, herramientas o técnicas planificadas y elegidas de un menú de posibilidades; porque es una investigación con la participación activa de los actores de los contextos locales, convocados al espacio de encuentro, a partir de la experiencia y opinión de èstos, que visibilizaban su cultura específica.  Enfocamos la investigación, como parte de un proceso de creación social distinta, con el compromiso de contribuir, de manera creativa, en la construcción de un futuro, con un criterio de responsabilidad relacional, interesados en los resultados sociales. 

Por ello, el método implica concebir la investigación como una forma de acción social encaminada a la transformación social que, por ejemplo, las familias y comunidades necesitan, según los participantes manifiestan con su propia voz; participantes a quienes concebimos como coinvestigadores.

Diálogo generativo/apreciativo  

Según Dora Fried Schnitman (2017), a quien citamos in extenso:

El operador generativo (válido para un investigador generativo) contribuye a sacar lo mejor de una persona, a movilizar sus recursos propios, sus potencialidades, a reconocer y valorar lo positivo de su ser, de sus aportes y preguntas. Es elegir hacer énfasis en los recursos positivos antes que en los déficits. Acompañarlos, estimulando una responsabilidad reflexiva, en el que todas las voces presentes, tienen un lugar, su lugar. Una sensibilidad al momento interactivo, a lo que va ocurriendo en la relación. Preguntándonos: ¿Cómo traer nuestros recursos a este diálogo, que tiene un propósito transformador? Y, una pregunta continua: ¿Cómo es que me estoy relacionando aquí?

Los Diálogos Apreciativos según Dora Fried Schnitman, son la búsqueda co-creativa del potencial, de lo mejor de las personas, los equipos, las organizaciones y los sistemas en los que se encuentran. Es una conversación reflexiva. A través de preguntas significativas, se narra las experiencias exitosas del pasado; se relatan las historias positivas del presente; se cuentan las posibilidades que se desean construir conjuntamente para el futuro.

Para Dora F.S.: Ser un operador generativo, significa una forma de participar vivamente en la conversación. Alguien capaz de notar lo diferente, las posibilidades en el diálogo. Incluye las vivencias y perspectivas de los participantes como recursos en el diálogo. Teniendo curiosidad por la forma en que nos relacionamos con nuestra experiencia.

El reto de la investigación sería no iluminar lo que es, sino crear lo que ha de ser

Kenneth Gergen (snp, 2014), en este segmento del artículo From Mirroring to World-Making: Research as Future Forming, nos propone un camino posible y nuevo:

“Pero, podrán preguntarse, y si suspendiéramos la metáfora del espejo y su invitación para estudiar aquello que nos captura la mirada? Hablando metafóricamente, ¿y si cerráramos nuestros ojos y comenzáramos a imaginar aquellos mundos de nuestras esperanzas? ¿Qué pasaría si reemplazáramos nuestra prisa constante para “establecer el caso” y comenzáramos a preguntar, “qué tipo de mundo podemos construir”? Esto ubicaría los valores del investigador al inicio de todas sus actividades. En vez de ser una fuerza latente en su opción de terminología o metodología, y en la esperanza vana de que una audiencia ausente de una manera u otra podrá hacer uso del trabajo de uno, ¿qué si estas visiones llenas de propósitos y pasiones alimentaran nuestro inicio de indagación? Al ser brindados una visión valorada en lo posible, el reto de la investigación sería no iluminar lo que es, sino crear lo que ha de ser. He aquí la esencia de una investigación orientada en formar futuros.”

Porque de lo que se trata es de incorporar el ser relacional en todos los contextos, invitando a un diálogo colaborativo. Buscando constantemente y con pasión abrir posibilidades y abrir sensibilidades. Gergen, nos invita a preguntarnos continuamente: ¿qué es lo que importa; qué es lo valioso? Desde un pragmatismo reflexivo, interrogarnos: ¿Qué es lo que queremos crear y que importe a los demás, que tenga valor para los otros?

Gergen, explica que lo importante de la perspectiva relacional está en crear y elaborar un espacio de entendimiento, en el que lo importante está en el proceso de la relación. Porque lo que alguien dice tendrá valor y sentido cuando el otro lo reciba y haga algo diferente con ello. Porque, donde radica el valor es en el bienestar del proceso. Hacer investigación relacional para construir futuro; futuros que nos importan realmente. El método que nos guía en el hacer es lo que va ocurriendo entre los coinvestigadores, no lo que dicta algún manual, protocolo, herramienta, técnica, la institución o la teoría. 

La investigación como una práctica reflexiva en la que investigar es preguntar para ampliar, procesar y entender lo que se va haciendo juntos.  Para aprender de lo que hacemos y de lo que podríamos hacer distinto.  Lo que nos interesa, desde la investigación relacional dialógica, es el proceso y lo que nos interesa hoy es el conocimiento práctico, que sirva y sea útil para todos los participantes en su específico contexto de su cultura local.

La investigación relacional busca que las personas involucradas en el diálogo se sientan partícipes activos del proceso propuesto y que ese espacio conversacional sea su lugar.  Que desarrollen un sentido de pertenencia para poder pensar su presente de forma distinta y proyectarse al futuro, de la manera en que podamos generar bienestar para todos.

Construccionismo relacional en la investigación

Sheila McNamee (2012, p. 63 a p. 86) -seguimos su reflexión, en una traducción libre del inglés, sistematizándola y adaptándola al presente discurso- sobre el “método socioconstruccionista” de investigación sostiene que una investigación pide que se la considere de acuerdo con el paradigma de ciencia que el autor se propuso seguir. 

Esta postura sostiene que el conocimiento tiene sujeto y ese sujeto tiene voz. McNamee (2012,) reflexiona acerca que los marcos de confiabilidad son más la consistencia interna y la legitimación de la comunidad lingüística, que la visión de causa efecto y la exactitud de la muestra.

En las interacciones cotidianas con otros, se construye la realidad relacional en la que las comunidades y personas viven. Para el construccionismo se trata de la acción común, o qué hacer juntos y lo que constituye su hacer. El construccionismo afirma que la utilidad de la investigación está en la generación de potenciales de acción que crea junto con la crítica reflexiva a la que invita a los participantes.

McNamee (2012) explica, que el instrumento principal de esta investigación es el diálogo relacional; este permite ofrecer "resultados" pragmáticos y prácticos para todos los involucrados. Dialógicamente hablando, investigaciones relacionalmente sensibles crean el potencial para que los participantes hagan reflexión crítica, para potenciar la expresión de las múltiples voces presentes y la coordinación de diversos acuerdos. Se trata, precisamente, de la idea que cuando existe involucramiento con otros en realidad se está creando significados entre todos.

McNamee (2012) afirma que la alternativa construccionista es un discurso relacional -unas medidas significativas surgiendo siempre dentro de la relación- y esto incluye también la relación entre el investigador y los participantes.  Por ello la cocreación de un espacio para la expresión de las múltiples voces presentes, incluye la del investigador.

El conocimiento se construye en la interacción con los demás (es decir, las prácticas de lenguaje), incluyendo las interacciones en el contexto de la investigación. Desde ahí, el objetivo de esta investigación con estos contextos, no es comprobar hipótesis, sino construir marcos de inteligibilidad. En el construccionismo, la investigación es un proceso de transformación experimentada por todos los participantes (el investigador y los coinvestigadores). Se decide juntos: ¿qué es pragmático; qué les sirve a los participantes de la investigación; qué formas de preguntas podrían ser más compatibles con los participantes? Se invita a los otros a una actitud de "curiosidad con reflexión “.

McNamee (2012) insiste en que una postura construccionista invita a ver la investigación como una manera de conocer; es una forma de saber cómo la realidad local está social e históricamente situada y cómo construye y procesa su complejidad. Esto implica que podrían existir otras formas de saber. Por lo tanto, pasar de una posición modernista de saber (“qué”) a una posición construccionista del saber (“cómo”) en un movimiento reflexivo.

El sentido de lo que es útil, proporciona la oportunidad de participar en una investigación autorreflexiva sobre los recursos propios que, aunque no se están utilizando, podrían ayudar en la creación de formas de coconstruir en conjunto.

No hay reglas rígidas para llevar a cabo investigaciones desde una postura construccionista; hay algunos recursos, fluidos y flexibles, que pueden usarse para orientar las investigaciones.

Sheila McNamee (2012) dice que no hay ningún intento de llegar a un consenso entre diversas creencias o valores de los distintos participantes; ni hay el intento de determinar los valores y creencias de la comunidad que son "mejores" o “correctas". La orientación construccionista es hacia la multiplicidad, la diversidad, la diferencia.

·       El acuerdo no es lo primordial; es la curiosidad.
·       El desafío es abrir posibilidades relacionales en lugar de cerrarlas.
·       Para el construccionista, la investigación no es un proceso de documentación o "descubrir" lo que existe. La investigación es un proceso de construcción.
·       La investigación es transformadora y en última instancia práctica; tiene posibilidades generativas para todos los participantes (investigadores y coinvestigadores).
·       Para el construccionista, fiabilidad y validez son reemplazados con los criterios de utilidad (¿para quién esta información/conocimiento es útil?) y generatividad (¿cómo esta información/conocimiento ayudará a esta comunidad “a continuar juntos?").

A continuación, se presenta un esquema que compara la investigación teórica de carácter científico modernista con la investigación socio construccionista posmoderna.

COMPARACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN MODERNISTA Y LA INVESTIGACIÓN POSMODERNA

INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA MODERNISTA
INVESTIGACIÓN SOCIOCONSTRUCCIONISTA POSMODERNA
Planteamiento de Hipótesis


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Preguntas desde la curiosidad y el respeto
Alternativas
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Datos
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Proceso continuo
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Resultados
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Procesos
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Control
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Estructuras mínimas y despliegue
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Posicionamiento del investigador como experto
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A priori
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Posicionamiento del investigador localmente situado
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Investigador externo y objetivo
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Coinvestigadores participantes
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Diseño
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Diálogo y estructuras no jerárquicas
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Método

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Formas de práctica/desempeño en contexto
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Certeza
Verdad
Esencia
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Incertidumbre
Posibilidades
Diversidad
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Discurso único del investigador

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Múltiples voces de los coinvestigadores
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Orientación a determinar lo correcto, lo bueno, lo adecuado
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Orientación a valorar la diferencia, multiplicidad y diversidad
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Diagnóstico
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Curiosidad
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Documentación o diagnóstico de la realidad
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Construcción de la realidad.

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Confiabilidad
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Generatividad
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Validez
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Utilidad para las comunidades locales
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Protocolos
Instrumentos de medición
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Emergencia y reflexividad
Diálogo relacional
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Centrada en la ciencia y el científico
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Centrada en los procesos continuos
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Neutralidad objetiva
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Complejidad
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Universalidad y generalización

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Contextualización social, cultural e histórica
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Deber ser universal
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Ética relacional
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Cuadro realizado a partir de:
Cuadro realizado a partir de: McNamee, S. and Hosking, D.M. (2012). Research and Social Change: A Relational Constructionist Approach. New York: Routledge. (p.85)



(*) Basado en la Tesis (2018) de DTF, para el Ph.D. con la Universidad Libre de Bruselas (VUB) y el TAOS INSTITUTE.

viernes, 4 de octubre de 2019


Descripciones sobre la depresión y algo más (tercera parte y final)
Consorcio Relacional y Socioconstruccionista del Ecuador (IRYSE)
                       Diego Tapia Figueroa, Ph.D.  y Maritza Crespo Balderrama, M.A.
(octubre, 2019)

“Quien no sabe vivir con compasión y abrazar el dolor de los demás, es castigado sintiendo con violencia intolerable el propio. El dolor sólo puede ser acogido elevándolo a suerte común y compadeciendo a los otros que sufren.”
 (Cesare Pavese)
El arte de la liberación personal

El deprimido grave debe ser tratado fundamentalmente como una persona adulta, dotada de dignidad y responsable; su dolencia debe tratarse con respeto. Debe ayudársele a restablecer relaciones significativas con la realidad; debe poderse sentir necesario a los demás, y al mismo tiempo hacer valer su propio papel; que pueda recuperar una situación de igualdad con las personas con las que convive.

La responsabilidad del terapeuta es ayudar a que las personas puedan hacer emerger los motivos que han desencadenado el sufrimiento, de darles coraje para liberar, en el encuentro especial del proceso terapéutico, todo el dolor, la rabia y la agresividad escondidos atrás de la máscara de la depresión. Lo que no es nada fácil. Es importante comprender que no hay transformación sin dolor. Y que la responsabilidad de las transformaciones en su contexto relacional está en la persona que pide ayuda y no en ningún “experto”.

La depresión es un síntoma. Se trata de comprender el contexto en el que la depresión se manifiesta. El desafío es ayudar a que la persona entienda los motivos de su depresión, que encuentre las razones profundas de su malestar, y que empiece a sentirse mejor a través de esta concienciación. Que pueda “sanarse” buscando dentro de sí mismo y de la comprensión de cómo construye las relaciones con los demás.

Quien entra en una crisis depresiva, logrará encontrar alternativas, desde el momento en que pueda encontrar un compromiso entre la propia autonomía organizativa y la aceptación de un proyecto vital propio. El desafío es ayudar a la persona deprimida a desarrollar su capacidad de confrontarse con aquellos comportamientos y pensamientos que tienen menos relación con sus relaciones significativas. Que desarrolle la capacidad de utilizar sus propios recursos internos de acuerdo y en relación a las exigencias que le plantea la vida común.

Para lograr un equilibrio personal, seguramente es mejor vivir la depresión tratando de darle un sentido. Se trata de apoyar a las personas a descubrir y desarrollar la fuerza y la madurez de mirarse verdaderamente dentro de sí mismos, así como el estilo de sus relaciones con los otros; de saber más de sí mismos. El arte de la transformación, en el proceso terapéutico, tiene que verse como un arte de liberación personal de la persona que pide ayuda.

Alice Miller: sentido de la depresión

Veamos varias ideas de Alice Miller, para reflexionar (tomen lo que sirva y sea útil y lo que no, pues no) en una breve sistematización de su libro, “El drama del niño dotado, y la búsqueda del verdadero yo”. Dice Miller: La mayoría de personas deprimidas, han tenido por lo general, madres inseguras en grado sumo que a menudo padecían ellas mismas de depresiones y contemplaban a ese hijo o hija, como su propiedad.

Lo que se denomina depresión y se siente como vacío, absurdo existencial, temor al empobrecimiento y soledad, se presenta siempre como la tragedia de la pérdida del YO o de la extrañación frente a uno mismo, que se inicia en la infancia…por miedo a perder el amor durante la infancia. La depresión nos acerca a las proximidades de la herida de la infancia, pero sólo el duelo por lo perdido, por lo que se perdió en el momento decisivo, conduce a la auténtica cicatrización.

La persona está libre de depresiones cuando el sentido del propio valor arraiga en la autenticidad de los sentimientos propios y no en la posesión de determinadas cualidades. En el fondo, la persona no deprimida es envidiada porque no tiene que esforzarse de continuo por merecer admiración, porque no necesita hacer nada para producir tal o cual efecto, sino que, con toda tranquilidad, puede permitirse ser como es.

Mientras una persona no pueda enfrentarse a sus padres en un diálogo interno, expresar la rabia e indignación almacenadas en su cuerpo, reclamar sus derechos y elaborar los abusos a que fue sometida; mientras no viva este proceso, mientras no viva su propia tragedia ni comprenda la de sus hijos, no se liberará ni disfrutará la alegría del amor espontáneo por sus propios hijos.

La liberación no será posible sin un profundo trabajo de duelo sobre la situación de la propia infancia. La capacidad de vivir el duelo, es decir, de renunciar a la ilusión de la propia infancia “feliz”, y de percibir emocionalmente toda la magnitud de las heridas padecidas, devuelve al depresivo su vitalidad y creatividad, y puede liberar al grandioso de los esfuerzos y la dependencia de su trabajo de Sísifo.

Si una persona puede darse cuenta, a través de un largo proceso, de que nunca fue “querido” por haber sido el niño que fue, sino utilizado por sus rendimientos, éxitos y cualidades, si puede darse cuenta de que sacrificó su infancia por este supuesto “amor”, dicha constatación le producirá hondas conmociones internas, pero un buen día sentirá el deseo de poner fin a su maniobra publicitaria. Descubrirá en sí mismo la necesidad de vivir su verdadero SER y no tener que seguir ganándose ese amor, un amor que, en el fondo, lo deja con las manos vacías porque su objeto era ese falso SER al que él mismo ha empezado a renunciar.

Sostiene Alice Miller, que un niño querido aprenderá desde el principio lo que es el amor. Un niño descuidado, despreciado y explotado no podrá aprenderlo. Si la persona deprimida presta atención a su contexto, podrá sacar provecho de su depresión: ésta le permitirá enterarse de una serie de provechosas verdades sobre sí misma. Podemos descubrir que no tenemos que seguir forzosamente el esquema inicial (desilusión-represión del dolor-depresión), pues en adelante tendremos otra posibilidad de tratar con las frustraciones: la vivencia del dolor. Sólo así se nos abrirá el acceso emocional a nuestras vivencias tempranas, es decir, a las zonas ocultas de nuestro SER y de nuestro devenir.

No son sólo los sentimientos “bellos”, “buenos” y complacientes los que nos permiten estar vivos, dan profundidad a nuestra existencia y nos proporcionan ideas decisivas, sino a menudo aquellos que nos resultan incómodos e inadecuados, precisamente aquellos que preferiríamos evitar: impotencia, vergüenza, envidia, celos, confusión, rabia y duelo. En el espacio de la terapia, estos sentimientos pueden ser vividos, comprendidos y procesados. En este sentido, dicho espacio constituye un espejo del mundo complejo propio, que resulta mucho más rico que el “rostro hermoso”.

La liberación de la depresión no conduce a un estado de alegría permanente o de carencia total de sufrimientos, sino al dinamismo vital, es decir, a la libertad de poder vivir los sentimientos que afloren de manera espontánea. Es propio de la pluralidad de lo vivo el que estos sentimientos no siempre sean alegres, “hermosos” y “buenos”, sino que pongan de manifiesto toda la escala de lo humano, es decir, también la envidia, los celos, la ira, la indignación, la desesperación, la nostalgia y la aflicción.

Dice Alice Miller, tanto el grandioso como el depresivo reniegan plenamente de la realidad de su infancia al vivir como si aún pudieran salvar la disponibilidad de sus padres: el grandioso, en la ilusión del éxito, y el depresivo, en el miedo a perder por su propia culpa la atención hacia su persona. Pero ninguno de los dos puede dar cabida a la verdad de que en el pasado no existió amor alguno (la madre y el padre que merecían: amorosos, respetuosos, protectores, con amor incondicional, que los aceptaban por el solo hecho de ser y existir: esos padres nunca existieron ni existirán) y de que ningún esfuerzo del mundo podrá cambiar nunca este hecho.

A veces, el acceso a nuestro verdadero SER (y ser con los otros) sólo nos es posible si ya no hace falta tener el mundo afectivo (idealizado) de nuestra infancia. Cuando éste haya sido vivido ya no nos resultará extraño ni amenazador. Nos será conocido y familiar, y ya no tendrá que continuar oculto tras los muros de la cárcel de la ilusión. Sabremos entonces quién y qué nos “encerró”, y precisamente este saber nos liberará, también, por fin, de antiguos dolores.

Retomamos (por su utilidad) estas reflexiones de Alice Miller, ya publicadas en este espacio (viernes, 7 de septiembre de 2018):  Los adultos se niegan a prestar atención a los sentimientos de sus hijos porque han tenido que olvidar sus propios sufrimientos. Cuanto más hayan sufrido, más se negarán a identificarse con el malestar de la situación de dependencia y no querrán ponerse en contacto con el dolor. Negando su propio dolor, niegan el del niño. Repiten tontamente los comportamientos abusivos como para demostrarse que no obran mal. Mientras un padre o una madre no estén dispuestos a cuestionar a sus propios padres, no querrá recordar lo que ha vivido. Hay personas que no conocen sus verdaderas necesidades porque no han tenido derecho a tenerlas. Nunca les han dicho NO a su madre o a su padre. Por eso no saben muy bien quiénes son. Alice Miller (insistimos, busquen sus libros, léanlos reflexionando honestamente, urgente), propone estas preguntas liberadoras, con su profunda sabiduría:      
        
¿Qué me atormentó durante mi infancia? ¿Qué es lo que no me permitieron sentir?

Explica Miller: un niño, desde que nace, necesita el amor de sus padres; necesita que éstos le den su afecto, su respeto, su aceptación, su atención, su protección, su cariño, sus cuidados y su disposición a comunicarse con él. Cuanto menos amor haya recibido el niño, cuanto más se le haya negado y maltratado con el pretexto de la educación, más dependerá, una vez sea adulto, de sus padres o de figuras sustitutivas, de quienes esperará todo aquello que sus progenitores no le dieron de pequeño. No significa que tengamos que pagar con la misma moneda a nuestros padres, ya ancianos, y tratarlos con crueldad, sino que debemos verlos como eran, tal como nos trataron cuando éramos pequeños, sin idealizarlos ni mentirnos, para liberarnos a nosotros mismos y a nuestros hijos de ese modelo de conducta. Es preciso que nos desprendamos de los padres que tenemos interiorizados y que continúan destruyéndonos; sólo así tendremos ganas de vivir y aprenderemos a respetarnos, aceptarnos, sentir confianza y querernos.

El adulto ya no necesita esta ilusión para sobrevivir. Puede renunciar a la ceguera y así, con los ojos abiertos, decidir lo que va a hacer. El desafío sigue siendo crear con los demás las condiciones materiales y espirituales para el pleno desarrollo de las capacidades de los hijos propios y ajenos; es el desafío de la alegría.

Sugerimos los siguientes textos de Alice Miller para su consulta: 

“La soledad”: https://www.youtube.com/watch?v=n3Xv_g3g-mA

Miller, Alice. (2007). El cuerpo nunca miente. Barcelona, Tusquets.

Miller, Alice. (2009). Salvar tu vida: la superación del maltrato en la infancia. Barcelona, Tusquets.


NOTA: Nos han pedido artículos (algunas personas nos retroalimentan privadamente, sobre los textos de este blog, con sus reflexiones críticas, sus aportes y sugerencias) sobre la investigación relacional desde el construccionismo social (para la terapia, la educación, las organizaciones y comunidades); sobre los miedos en los niños; sobre la sexualidad en la pareja; sobre cómo formar terapeutas diferentes; sobre los estilos de hacer terapia de algunos terapeutas construccionistas famosos; sobre supervisión clínica; sobre política; etcétera.

En el próximo post, comenzaremos con lo distinto y significativo de la investigación relacional desde el construccionismo social.

Gracias por leernos y compartir estos textos con sus contactos y redes. Confiamos que les sirvan.