LA PRÁCTICA DEL
DIÁLOGO Y DE LA COLABORACIÓN SON LAS PUERTAS DE ENTRADA PARA CUALQUIER
INTENCIÓN TRANSFORMADORA Y LAS RELACIONES DE RESPETO Y DIGNIDAD NOS GUÍAN PARA
NUEVAS MANERAS DE ESTAR CON LOS OTROS. ENTREVISTA CON MARILENE GRANDESSO (*)
Consorcio Relacional
y Socioconstruccionista del Ecuador (IRYSE)
Dr. Diego Tapia Figueroa
y
MSc. Maritza Crespo
Balderrama (agosto, 2018)
“Todo lo que hago, lo hago con alegría.” Michel de
Montaigne (trad. en 2007, p.588)
La extraordinaria terapeuta Marilene Grandesso (Brasil), se
caracteriza por su generosidad humana, profundidad reflexiva y una dilatada
experiencia en el trabajo terapéutico; así como la formación de psicoterapeutas
dialógicos y colaborativos. Esta es una entrevista inédita que compartimos con gran
placer con nuestros colegas y amigos de este blog:
IRYSE: ¿Si estas prácticas posmodernas
(socio construccionismo y prácticas colaborativas y dialógicas-generativas)
logran contribuir al bienestar de la humanidad, qué se transformaría, qué sería
distinto?
M.G.: Las prácticas colaborativas y
dialógicas invitan a relaciones genuinas entre personas, abiertas a un
compromiso con el bienestar común y con mundos posibles. Como un cruce de
perspectivas, el diálogo promueve cambios en los involucrados. Al estar abierto
para dejar que el otro se presente en su otredad, cada socio del diálogo se
posiciona a partir de una postura respetuosa y relacionalmente responsable.
Esta postura está abierta para dejarse sorprender, y dejarse
transformar, favoreciendo un despojarse de prejuicios a favor de relaciones más
horizontales. Como el lenguaje construye las realidades, tales prácticas
involucran una ética del compromiso con el otro y consigo mismo, una postura
reflexiva y más apreciativa, orientada para ampliar las posibilidades de vida
entre las personas en el mundo.
IRYSE: ¿Si pudieses elegir 3 aportes de personas para ti importantes
y significativos del campo socio construccionista y de las prácticas
colaborativas y dialógicas, cuáles serían y por qué razones?
M.G.: Una consideración muy importante, no
sólo para organizar mi entendimiento, viene de Gergen (desde 1994). Gergen
afirma que “No es el individuo que preexiste a las relaciones e inicia el
proceso de comunicación, sino las convenciones de relacionamiento son las que
permiten que se alcance la comprensión”. Esta afirmación me invita a ampliar la
mirada y la escucha más allá del individuo, incluyendo los contextos de las
relaciones, las voces de la cultura y los juegos de lenguaje que organizan las
relaciones.
"... la vida en la cual los terapeutas estamos
particularmente interesados comprende significados y sentimientos que cambian
todo el tiempo; Ellos están allí por un segundo y se fueron en el segundo
siguiente." (Andersen, 1996, p. 119). Este discurso de Tom Andersen me
incita a considerar la impermanencia de los acontecimientos que se nos
presentan, la importancia del conocimiento local y de la singularidad de los
acontecimientos. En este mismo sentido, Shotter llama nuestra atención sobre la
importancia y el desafío de buscar pensar 'desde dentro' de un flujo incesante
de actividades aún en desarrollo, rodeado de 'cosas' emergentes que todavía se
están creando. En lugar de un mundo de cosas ya hechas (Shotter). Estas
colocaciones resaltan la importancia de poner el foco en el momento interactivo
y de una mirada siempre abierta hacia lo emergente y lo singular, además de
invitar a cada uno de los involucrados en una relación.
Como terapeuta dialógica y colaborativa, perspectivas que
amplían mi entendimiento sobre el diálogo, son especialmente útiles para mí.
Gadamer en Verdad y Método considera que el diálogo es un cruce de
perspectivas, resaltando que no damos sentido a nuestro entorno y a nosotros
mismos en el aislamiento y fuera de nuestras tradiciones. Shotter, a su vez,
considera el diálogo como una forma de relación que hace posible un tipo
especial de creatividad, la creación fuera de lo esperado de una forma de
actuar en respuesta a o en relación a las singularidades del entorno de
alguien. Para Shotter, lo que hay de especial en nuestros intercambios
dialogalmente estructurados son sus desdoblamientos dinámicos y emergentes, su
creatividad inmanente, su singularidad y su condición de ser interminable: en
esos intercambios, tarde o temprano, algo singularmente nuevo es creado por
estar intrincadamente relacionado con la situación en la que se creó, y al
mismo tiempo abierta a desarrollos futuros. (Shotter, 2017). Tales perspectivas
también me inspiran a estar radicalmente presente, según lo define Sheila
McNamee, a escuchar con una escucha generosa, a estar en las relaciones a
partir de una postura de no saber, despojada de mis prejuicios, ya estar
abierta para genuinamente "estar con el otro” (withness).
Como terapeuta colaborativa, una frase que siempre me
acompaña viene de Harlene Anderson: "¿Cómo podemos nosotros - terapeutas y
clientes - crear los tipos de relaciones y de conversaciones que permitan a
todos los participantes acceder a su creatividad y desarrollar posibilidades
donde no parecían existir? (Anderson, 2003). Esta frase me estimula a usar la
creatividad, a creer que mis consultantes son mis socios y que diferentes
contextos conversacionales y relacionales pueden ser generadores y
transformadores.
IRYSE: ¿En
una cultura local (como la de la sociedad ecuatoriana, donde estas perspectivas
prácticas y reflexivas son desconocidas): qué hacer, cuál podría ser desde tu
experiencia, el proceso con las personas para crear un contexto relacional que
permita el desarrollo de esta nueva manera de ser con los demás; podrías
explicar tres momentos necesarios de este posible proceso a generar?
M.G.: Esta pregunta me estimula a
compartir el pensamiento de Paulo Freire, un gran educador brasileño, para
quien la educación no puede estar desvinculada de los contextos de la vida, y
que no se educa para crear una consciencia crítica sin amor. Cambios
significativos, según entiendo, se desarrollan a partir de pequeños cambios,
aquellos que suceden en los micro contextos de las relaciones. En este
escenario, para una ética y una responsabilidad relacionales, la práctica del
diálogo y de la colaboración son las puertas de entrada para cualquier
intención transformadora. Un segundo momento en el que, a mi entender, se
adopta una postura reflexiva e crítica de tomar la propia acción reflexivamente
y estar en este mundo como un eterno aprendiz. Y, finalmente, grandes edificios
son construidos sobre bases sólidas, o sea, importa mucho menos el tamaño del
paso dado que la dirección elegida. Una acción propuesta, teniendo como
valores, relaciones de respeto y dignidad a todo ser humano de este planeta,
pueden ser unos buenos nortes de la brújula que nos guía para nuevas maneras de
estar con los otros.
Los cambios significativos comienzan en nuestros contextos de
vida. Los grandes cambios, como todos los procesos complejos de
transformaciones sociales demandan tiempo y muchos reajustes en el camino. Un
buen ejemplo de esto en Brasil fue la Terapia Comunitaria. Iniciada a mitad de
los años 80, fue desacreditada, estigmatizada; sin embargo, la persistencia de
los involucrados en su práctica, la ampliación de sus comunidades de práctica,
el diálogo con diferentes instituciones, incluso con las que hablaban
diferentes lenguajes, permitieron que se llegase hoy, a su inclusión como una
política de salud pública.
* Psicóloga,
psicoterapeuta de familias, parejas e individuos y terapeuta comunitaria. Es
fundadora y coordinadora del Instituto INTERFACI. Coordinadora de ICCP
(International Certificate in Collaborative Practices) en Brasil desde 2011. Es
el Programa de Prácticas Colaborativas y Dialógicas con Certificado
Internacional dado por el Houston Galveston Institute (Texas-USA) y el Taos
Institute (USA) e INTERFACI (São Paulo-Brasil).