viernes, 24 de agosto de 2018


LA PRÁCTICA DEL DIÁLOGO Y DE LA COLABORACIÓN SON LAS PUERTAS DE ENTRADA PARA CUALQUIER INTENCIÓN TRANSFORMADORA Y LAS RELACIONES DE RESPETO Y DIGNIDAD NOS GUÍAN PARA NUEVAS MANERAS DE ESTAR CON LOS OTROS. ENTREVISTA CON MARILENE GRANDESSO (*)
Consorcio Relacional y Socioconstruccionista del Ecuador (IRYSE)
Dr. Diego Tapia Figueroa y
MSc. Maritza Crespo Balderrama (agosto, 2018)




Todo lo que hago, lo hago con alegría.” Michel de Montaigne (trad. en 2007, p.588)



La extraordinaria terapeuta Marilene Grandesso (Brasil), se caracteriza por su generosidad humana, profundidad reflexiva y una dilatada experiencia en el trabajo terapéutico; así como la formación de psicoterapeutas dialógicos y colaborativos. Esta es una entrevista inédita que compartimos con gran placer con nuestros colegas y amigos de este blog:

IRYSE: ¿Si estas prácticas posmodernas (socio construccionismo y prácticas colaborativas y dialógicas-generativas) logran contribuir al bienestar de la humanidad, qué se transformaría, qué sería distinto?

M.G.: Las prácticas colaborativas y dialógicas invitan a relaciones genuinas entre personas, abiertas a un compromiso con el bienestar común y con mundos posibles. Como un cruce de perspectivas, el diálogo promueve cambios en los involucrados. Al estar abierto para dejar que el otro se presente en su otredad, cada socio del diálogo se posiciona a partir de una postura respetuosa y relacionalmente responsable.

Esta postura está abierta para dejarse sorprender, y dejarse transformar, favoreciendo un despojarse de prejuicios a favor de relaciones más horizontales. Como el lenguaje construye las realidades, tales prácticas involucran una ética del compromiso con el otro y consigo mismo, una postura reflexiva y más apreciativa, orientada para ampliar las posibilidades de vida entre las personas en el mundo.

IRYSE:  ¿Si pudieses elegir 3 aportes de personas para ti importantes y significativos del campo socio construccionista y de las prácticas colaborativas y dialógicas, cuáles serían y por qué razones?

M.G.: Una consideración muy importante, no sólo para organizar mi entendimiento, viene de Gergen (desde 1994). Gergen afirma que “No es el individuo que preexiste a las relaciones e inicia el proceso de comunicación, sino las convenciones de relacionamiento son las que permiten que se alcance la comprensión”. Esta afirmación me invita a ampliar la mirada y la escucha más allá del individuo, incluyendo los contextos de las relaciones, las voces de la cultura y los juegos de lenguaje que organizan las relaciones.

"... la vida en la cual los terapeutas estamos particularmente interesados comprende significados y sentimientos que cambian todo el tiempo; Ellos están allí por un segundo y se fueron en el segundo siguiente." (Andersen, 1996, p. 119). Este discurso de Tom Andersen me incita a considerar la impermanencia de los acontecimientos que se nos presentan, la importancia del conocimiento local y de la singularidad de los acontecimientos. En este mismo sentido, Shotter llama nuestra atención sobre la importancia y el desafío de buscar pensar 'desde dentro' de un flujo incesante de actividades aún en desarrollo, rodeado de 'cosas' emergentes que todavía se están creando. En lugar de un mundo de cosas ya hechas (Shotter). Estas colocaciones resaltan la importancia de poner el foco en el momento interactivo y de una mirada siempre abierta hacia lo emergente y lo singular, además de invitar a cada uno de los involucrados en una relación.

Como terapeuta dialógica y colaborativa, perspectivas que amplían mi entendimiento sobre el diálogo, son especialmente útiles para mí. Gadamer en Verdad y Método considera que el diálogo es un cruce de perspectivas, resaltando que no damos sentido a nuestro entorno y a nosotros mismos en el aislamiento y fuera de nuestras tradiciones. Shotter, a su vez, considera el diálogo como una forma de relación que hace posible un tipo especial de creatividad, la creación fuera de lo esperado de una forma de actuar en respuesta a o en relación a las singularidades del entorno de alguien. Para Shotter, lo que hay de especial en nuestros intercambios dialogalmente estructurados son sus desdoblamientos dinámicos y emergentes, su creatividad inmanente, su singularidad y su condición de ser interminable: en esos intercambios, tarde o temprano, algo singularmente nuevo es creado por estar intrincadamente relacionado con la situación en la que se creó, y al mismo tiempo abierta a desarrollos futuros. (Shotter, 2017). Tales perspectivas también me inspiran a estar radicalmente presente, según lo define Sheila McNamee, a escuchar con una escucha generosa, a estar en las relaciones a partir de una postura de no saber, despojada de mis prejuicios, ya estar abierta para genuinamente "estar con el otro” (withness).

Como terapeuta colaborativa, una frase que siempre me acompaña viene de Harlene Anderson: "¿Cómo podemos nosotros - terapeutas y clientes - crear los tipos de relaciones y de conversaciones que permitan a todos los participantes acceder a su creatividad y desarrollar posibilidades donde no parecían existir? (Anderson, 2003). Esta frase me estimula a usar la creatividad, a creer que mis consultantes son mis socios y que diferentes contextos conversacionales y relacionales pueden ser generadores y transformadores.

IRYSE:  ¿En una cultura local (como la de la sociedad ecuatoriana, donde estas perspectivas prácticas y reflexivas son desconocidas): qué hacer, cuál podría ser desde tu experiencia, el proceso con las personas para crear un contexto relacional que permita el desarrollo de esta nueva manera de ser con los demás; podrías explicar tres momentos necesarios de este posible proceso a generar?

M.G.: Esta pregunta me estimula a compartir el pensamiento de Paulo Freire, un gran educador brasileño, para quien la educación no puede estar desvinculada de los contextos de la vida, y que no se educa para crear una consciencia crítica sin amor. Cambios significativos, según entiendo, se desarrollan a partir de pequeños cambios, aquellos que suceden en los micro contextos de las relaciones. En este escenario, para una ética y una responsabilidad relacionales, la práctica del diálogo y de la colaboración son las puertas de entrada para cualquier intención transformadora. Un segundo momento en el que, a mi entender, se adopta una postura reflexiva e crítica de tomar la propia acción reflexivamente y estar en este mundo como un eterno aprendiz. Y, finalmente, grandes edificios son construidos sobre bases sólidas, o sea, importa mucho menos el tamaño del paso dado que la dirección elegida. Una acción propuesta, teniendo como valores, relaciones de respeto y dignidad a todo ser humano de este planeta, pueden ser unos buenos nortes de la brújula que nos guía para nuevas maneras de estar con los otros.

Los cambios significativos comienzan en nuestros contextos de vida. Los grandes cambios, como todos los procesos complejos de transformaciones sociales demandan tiempo y muchos reajustes en el camino. Un buen ejemplo de esto en Brasil fue la Terapia Comunitaria. Iniciada a mitad de los años 80, fue desacreditada, estigmatizada; sin embargo, la persistencia de los involucrados en su práctica, la ampliación de sus comunidades de práctica, el diálogo con diferentes instituciones, incluso con las que hablaban diferentes lenguajes, permitieron que se llegase hoy, a su inclusión como una política de salud pública.

* Psicóloga, psicoterapeuta de familias, parejas e individuos y terapeuta comunitaria. Es fundadora y coordinadora del Instituto INTERFACI. Coordinadora de ICCP (International Certificate in Collaborative Practices) en Brasil desde 2011. Es el Programa de Prácticas Colaborativas y Dialógicas con Certificado Internacional dado por el Houston Galveston Institute (Texas-USA) y el Taos Institute (USA) e INTERFACI (São Paulo-Brasil).

jueves, 9 de agosto de 2018


LA PRÁCTICA GENERATIVA Y LOS DIÁLOGOS APRECIATIVOS, SEGÚN DORA FRIED SCHNITMAN
Instituto Relacional y Socioconstruccionista del Ecuador (IRYSE)
Dr. Diego Tapia Figueroa y
MSc. Maritza Crespo Balderrama (agosto, 2018)



Todo lo que hago, lo hago con alegría.” Michel de Montaigne (trad. en 2007, p.588)

Del Diplomado en Perspectiva y Práctica Profesional Generativa (INTERFAS), coordinado por Dora Fried Schnitman, reproducimos textualmente estos fragmentos de Dora, que sin duda serán un aporte enriquecedor para los colegas del Ecuador e Iberoamérica:

Nacemos y vivimos en diálogos, en narraciones acerca de nosotros mismos y de los otros, en aprendizajes generativos y complejos, y nos interrogamos. Un proceso de diálogo puede dar lugar a narrativas alternativas que a su vez pueden generar nuevos diálogos. Narrativa y diálogo están imbricados. El interés, la curiosidad o el preguntarnos nos permiten permanecer abiertos, reflexivos y receptivos frente a posibilidades. La creación de alternativas abre espacios para la reflexión y el aprendizaje.

La incorporación de la complejidad es el reconocimiento de que la realidad no puede abordarse desde una perspectiva única. La complejidad nos permite contemplar diferentes representaciones de un sistema al mismo tiempo, enriqueciéndolo. Necesitamos considerar las distintas perspectivas de los participantes en diferentes momentos –incluyendo las nuestras–, la posibilidad de incorporar lo diverso, lo emergente, lo creativo, lo innovador y también lo incierto, aquello que cuestiona creencias establecidas. La observación, la escucha minuciosa, y el reconocimiento y respeto del otro son herramientas de la complejidad.

Diálogo generativo y complejidad: Todo diálogo es singular, situado, ocurre en momentos y contextos específicos y se relaciona con otros diálogos. Esta relación ofrece oportunidades para la creatividad. El diálogo –en sentido fuerte– es un proceso de construcción relacional de significados y acciones entre personas en espacios sociales que les permiten coordinarlos. Los momentos de interacción dialógica están atravesados por dimensiones intangibles: las emociones, las vivencias, las resonancias de otros diálogos pasados, presentes y futuros, los significados personales y sociales, lo nuevo que acontece, el futuro que se delinea.

Los diálogos pueden ser productivos o improductivos; la dinámica de los improductivos es reiterativa y promueve escaladas en los conflictos. Los productivos dan lugar al surgimiento de posibilidades. Los diálogos generativos se apoyan en la productividad –en recursos y oportunidades–, buscan alternativas en procesos emergentes de creación dialógica en el espacio de la consulta, en la relación entre las personas y el profesional, o de las personas entre sí.

Un diálogo generativo o un momento generativo puede ser constitutivo de nuevos aspectos de las personas y sus relaciones, y construir procesos transformativos y futuros novedosos. Son también una fuente de nuevas narraciones acerca de sí y la relación, y nuevos aprendizajes. Todo diálogo presente está enlazado con diálogos pasados y futuros. La multiplicidad temporal nos permite trabajar el pasado y el futuro en el presente.

Complejidad en la indagación: La riqueza de la pregunta es abrir y mantener abiertas las posibilidades. En este modelo la curiosidad, la apertura, la indagación generativa, el interés y el reconocimiento apreciativo de uno mismo, el otro y el proceso son posicionamientos epistemológicos que sostienen el proceso de transformación. Se utilizan diferentes recursos y preguntas generativas según los momentos y necesidades del proceso.

Posición del operador en un proceso generativo: El lugar del operador es el de facilitador o gestor de un proceso que provee de nuevas posibilidades para la comprensión, la coordinación, la interacción y la acción. Atiende a las respuestas de los consultantes promoviendo procesos transformativos: nuevos conocimientos y acciones. Operadores y consultantes trabajan como miembros de un equipo colaborativo que aprende desde sus propios procesos e interacciones. Conforman un espacio de trabajo que explora soluciones a los problemas presentes e investigan en sus acciones las alternativas disponibles y los nuevos recursos que cada uno de ellos aporta.

Para favorecer: La apertura a lo emergente en el diálogo. Competencias del operador: Mantener una actitud de exploración de lo posible mientras se conservan abiertas las posiciones anteriores, tanto las propias como las de los otros participantes. Permanecer abiertos al cambio potencial aun habiendo elegido o privilegiado un curso de acción específico. Aprender a reconocer y describir las nuevas oportunidades significativas que se vayan presentando.

Para favorecer: El reconocimiento de las posibilidades emergentes. Competencias del operador: Aprender a descubrir lo diferente en lo habitual y en las fluctuaciones. Ayudar a escuchar, de lo dicho, lo que no es escuchado. Ayudar a ver, de lo visto, lo que no es mirado. Ayudar a enunciar respuestas nuevas o alternativas. Ayudar a reconocer las alternativas (existentes y emergentes), y a partir de ellas imaginar futuros posibles. Apreciar lo positivo de lo existente.

Para favorecer: La expansión de las posibilidades del diálogo. Competencias del operador: Aprender a reconocer y expresar los intereses compartidos. Mantener una actitud de colaboración. Aprender a explorar dudas e incertidumbres en colaboración. Apreciar las diferencias sin asumir posturas polarizadas. Responder sin amenazar ni sentirse amenazado por lo novedoso. Incluir en el diálogo la contribución propia como una más de las que pueden ser consideradas.

Para favorecer: Intervenciones sistémicas centradas en las posibilidades emergentes. Competencias del operador: Atraer la atención hacia otras maneras –disponibles o posibles– de considerar el tema en cuestión y su resolución. Ayudar a los participantes a reconocer cómo podrían responder o responderse. Facilitar la apreciación y valorización de lo que fue, lo que hubo, lo que es, lo que hay, lo que podría ser y lo que podría haber. Reconsiderar las posibilidades existentes en búsqueda de oportunidades.

El operador generativo pone el foco en lo positivo para hacerlo crecer; contribuye a sacar lo mejor de una persona, a movilizar sus recursos propios, sus potencialidades, a reconocer y valorar lo positivo de su ser, de sus aportes y preguntas. Es elegir hacer énfasis en los recursos positivos antes que en los déficits. Acompañarlos, estimulando una responsabilidad reflexiva, en el que todas las voces presentes, tienen un lugar, su lugar. Una sensibilidad al momento interactivo, a lo que va ocurriendo en la relación. Preguntándonos: ¿Cómo traer nuestros recursos a este diálogo, que tiene un propósito transformador? Y, una pregunta continua: ¿Cómo es que me estoy relacionando aquí?

Los Diálogos Apreciativos son la búsqueda co-creativa del potencial, de lo mejor de las personas, los equipos, las organizaciones y los sistemas en los que se encuentran. Es una conversación reflexiva. A través de preguntas significativas, se narra las experiencias exitosas del pasado; se relatan las historias positivas del presente; se cuentan las posibilidades que se desean construir conjuntamente para el futuro. El proceso necesita participación, democracia, buen humor, flexibilidad (y están presentes los sueños de cada uno), valorando lo que sí funciona, e imaginando lo que podría ser. Preguntándonos: ¿Qué aportamos de distinto en este contexto local?

¿Cómo podemos cuidar nuestras relaciones, de manera que podamos crear conjuntamente vida, vida significativa? ¿A qué clase de futuro puedo contribuir? Las personas son invitadas a nuevas formas de entender las diferencias: de eso se trata el diálogo. Queremos contribuir a crear un espacio de diálogo, donde emerjan nuevas comprensiones y nuevos significados. Nos vamos a orientar hacia la co-construcción de espacios de posibilidades, de recursos: con el diálogo, la reflexión significativa, la creatividad y el aprendizaje conjuntos.