Procesos relacionales (con preguntas
generadoras) distintos para terapeutas que buscan salir de sus certezas
rutinarias (parte I)
Consorcio Relacional y
Socioconstruccionista del Ecuador (IRYSE)
Diego Tapia Figueroa PhD.y
Maritza Crespo Balderrama MSc (octubre,
2018)
“Todo lo que hago, lo hago con alegría.” Michel de Montaigne
(trad. en 2007, p.588)
Los
encuentros de formación o capacitación con profesionales de la
psicoterapia en ciertos contextos de la sociedad ecuatoriana muestran
situaciones complejas, contradictorias y paradojales, que proponemos discutir, en esta primera parte, para buscar alternativas que favorezcan a las personas con las que trabajan. Por ejemplo:
a) son profesionales, que
aunque suelen consideran que el resto de personas “debería” acudir a
alguna terapia, ellos mismos no lo hacen; no demuestran interés en hacer
procesos terapéuticos constantes, como necesaria forma de autocuidado y de ética
profesional;
b) tampoco buscan espacios de supervisión o intervisión clínica;
el poder contar con un lugar para dialogar sobre el ser del terapeuta: ¿qué
está pasando con el asesor, facilitador, orientador, trabajador social,
terapeuta y equipo en cada proceso e historia?;
c) muchos trabajan en plan de
solitarios “salvadores”; no buscan propiciar la construcción de redes de apoyo
-para sí mismos- familiares, profesionales, institucionales;
d) no están
interesados ni curiosos por actualizarse profesionalmente: se estancan en los
dogmas modernistas aprendidos y desde allí, en plan omnipotente, quieren
enseñar a vivir a los demás. Se anclan en recetarios y en un “deber ser”
opresivo y nada útil. Temen y denostan las reflexiones críticas y autocríticas
sobre sus propias certezas teóricas y prácticas, mirándolas como un ataque
personal, que amenaza su identidad.
El resultado de estas maneras
de llevar su práctica profesional es, con frecuencia, el que muchos se
“queman”, se fabrican una cómoda coraza de cinismo o indiferencia para seguir
con sus desgastantes rutinas, hechas de respuestas estereotipadas, lugares
comunes y prejuicios encubiertos en una ideología psicológica positivista. Tienen todas las
respuestas -del experto- a una complejidad que no comprenden ni respetan.
Para dar inicio a un procedo
diferente y continuo, de diálogos conversacionales transformadores, para
comprometernos conjuntamente, en la generación de un contexto de bienestar
humano y profesional, real y consistente, puede ser útil moverse de ese estado
de comodidad, más interesado en mantener poder y privilegios, que en generar
procesos dialógicos transformadores (que es otra manera de entender la
psicoterapia).
Las opciones podrían ser, el
comenzar a invitarlos a participar, aportando de forma significativa, con sus
conocimientos, experiencias, reflexiones, para cambiar su cosmovisión y
coconstruir (con los consultantes, colegas, redes) y generar un nuevo espacio
de encuentros, que sea enriquecedor relacionalmente, en lo personal, familiar,
laboral, y humano.
Como una invitación sincera y
abierta, para comprometernos conjuntamente, de forma
consciente y responsable en un nuevo estilo de relacionarnos en el trabajo,
para dar lo mejor de cada uno, y aprender, sin prejuicios, de lo mejor de los
demás. Para aprender a conversar con la pregunta, aprender a escuchar profundo,
con genuino interés humano, sin interrumpir; les invitamos a preguntar para comprender y
ofrecer un espacio de reflexión significativo, para la expresión libre y
abierta de las múltiples voces presentes en cada encuentro.
Preguntas Generadoras del Proceso
¿Para qué estamos aquí? ¿Estoy aquí, por…? Interesa saber
la razón particular por la que cada uno está aquí.
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¿Qué tendría que pasar para que cuando termine esto, te
sientas satisfecho/a?
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¿Cómo puedes aportar, de forma significativa, para que lo
que suceda aquí, sea lo que esperas, y lo que te gustaría?
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¿Cómo proponer un lenguaje con el que invitamos al otro a
sentirse involucrado?
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¿Cómo invitamos a una persona a entablar una relación?
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¿Cómo comenzar esta conversación para construir algo
significativo?
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¿Cómo miramos, escuchamos, y respondemos?
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¿Qué diálogos internos estabas teniendo mientras me
escuchabas?
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¿Puedes pensar un momento de aprendizaje, una reflexión
distinta, que te vas a llevar de este encuentro?
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De nuestras
preguntas iniciales: ¿siguen allí; se han transformado; hay algo que quieres
retomar?
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¿Cómo ven una
comunidad en la que todos nos sentimos comprendidos e incluidos?
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Reflexión sobre lo
vivido: ¿Qué te llevas de útil de aquí?
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Partimos de la confianza en
que existen recursos propios, valiosos y respetables en todos los integrantes
de la conversación. Confiamos, en que el trabajo puede ser una experiencia
que tenga sentido y que amplié, con creatividad, imaginación y generosidad, el
sentido de nuestras propias vidas.
Es dar la bienvenida a este
nuevo desafío, para comprometernos y crecer conjuntamente, transformarnos
positivamente, reconociendo y valorando nuestras fortalezas, y abriendo las
posibilidades a todo lo que necesita ser distinto, para disfrutar con pasión,
creatividad, inteligencia y ética relacional, de lo que hacemos
conjuntamente con los otros, se llame terapia o vida compartida.
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