Autocuidado
de terapeutas y operadores en sus contextos profesionales
Consorcio Relacional y
Socioconstruccionista del Ecuador (IRYSE)
Diego Tapia Figueroa,
Ph.D. y
Maritza
Crespo Balderrama, M.A.
(agosto, 2019)
“No está en ningún mapa. Los lugares verdaderos nunca lo están.”
(Herman Melville, Moby Dick)
Reflexionar sobre la necesidad
del autocuidado responsable de terapeutas, trabajadores sociales y toda la gama
de operadores y profesionales en el campo social tiene permanente importancia,
porque cuando se da y se practica, los procesos dilógicos, generativos y
transformadores realmente se crean en conjunto y dan sentido a los encuentros y
al trabajo; cuando no se produce, el desgaste, el ruido relacional y el
maltrato mutuo se instalan.
En este blog (viernes, 4 de
mayo de 2018, “CUIDANDO AL CUIDADOR DESDE UNA POSTURA SOCIOCONSTRUCCIONISTA”),
nos referimos a este tema y les invitamos a revisarlo, confiamos que pueda
serles útil. Ahora recuperamos, adaptándolo a
nuestro lenguaje socioconstruccionista, estas sugerencias (Ruiz, basándose
en sugerencias hechas por Kanfer y Schefft (1988) y Mahoney (1991); Ruiz, M.A.,
1998. Habilidades terapéuticas. En Vallejo, M.A. Ed. Madrid: Dykinson), que sin
duda, nos sirven para nuestras prácticas:
- “Antes de comenzar una
sesión centra tu atención (estar presente íntegramente y con integridad) en la
persona a la que te dispones a recibir, en el diálogo y en el proceso
relacional.
- Inicia las sesiones con
auténtica curiosidad, recordando que cada conversación es una conversación
nueva, que se va tejiendo en el contexto de la relación terapéutica.
- Ten presente que cada sesión
terapéutica puede ser la última, en consecuencia, concéntrate en el aquí y
ahora, ofrece una “presencia radical”, con ética relacional, al consultante, no te distraigas ni divagues
ni interpretes unilateralmente. Lo más importante es la cocreación y
construcción de una relación, de una conexión (de un diálogo transformador).
- Sé consciente de la
complejidad y del contexto de cada ser humano que llega.
- Antes de iniciar cualquier
tipo de diálogo, escucha atentamente lo que las palabras, sentimientos,
actitudes o pensamientos del consultante están diciendo.
- Muéstrate emocionalmente
presente y conectado con el sufrimiento de los consultantes y siente con ellos.
- En la danza dinámica de un consultante
en proceso de incertidumbre, dudas y reflexión, aprende a escuchar, comprender
y a ser guiado por lo que es importante para el consultante.
- Antes de hacer una pregunta,
procura tener claro que la información que pretendes obtener es relevante para
el proceso del consultante; si no es así, evita formularla.
- Salvo cuando sea necesario,
trata de no formular preguntas que sólo requieran monosílabos puesto que con
ello puedes estar fomentando en el consultante la creencia de que la
responsabilidad del proceso terapéutico es fundamentalmente del terapeuta.
- Recuerda que como
terapeutas, dialogamos a través de preguntas creativas y significativas, que se
conectan con lo último que acaba de ser dicho por el consultante.
- En la terapia lo fundamental
es la resolución de los conflictos del consultante; por tanto, es él quien
tiene que invertir más energía y esfuerzo en su proceso de transformación. Permite
que sea él quien realice el trabajo significativo, que contagie a su vida
diaria y a sus contextos relacionales lo que construye en la terapia.
- Procura ser claro y conciso
y no hablar más de lo necesario. No des consejos ni sermones moralistas. Como norte:
el consultante debe hablar más que el terapeuta. Y, aprende a escuchar
profundo, distinto; escucha el silencio sin ansiedad y dale con el consultante un
sentido nuevo.
- Respeta el ritmo del consultante
y estimula sus decisiones.
- Ofrece confianza y estímulo
a tus consultantes para ayudarles a mantener su motivación. Fomenta la confianza
en sus capacidades de aliviar su malestar, mejorar su calidad de vida y avanzar
en su proceso de construcción de alternativas y posibilidades en diálogo con
sus relaciones y contextos significativos.
- No ofrezcas o prometas al consultante
aquello que no puedas cumplir.
- Acepta el hecho de que tus
conocimientos, en muchos casos, son limitados; concédete permiso para no
saberlo todo. Pide ayuda y supervisión con libertad.
- Cuando te pierdas en una
sesión y no sepas cómo seguir, tómate un momento para centrarte nuevamente en la
relación. Enfrenta tus propios prejuicios, cuestiónalos. Pon palabras a tus
miedos. Pregunta y escucha sin interrumpir.
- Escucha tus diálogos
internos (y, si aportan al proceso, compártelos con criterio en la terapia) y
pregunta al consultante sobre sus propios diálogos internos.
- Resiste el impulso de
mostrarte seductor o excesivamente amable y cortés. El objetivo de una terapia
es acompañar al consultante en lo que necesite, no establecer una bonita
relación de amistad o que te consideren encantador o que te aplaudan.
- Sé atento contigo mismo y
paciente con tu propio proceso. Procura conocerte lo suficiente como para que
tus motivos personales no influyan negativamente en el proceso de transformación
positiva de tus consultantes.
- Aunque el consultante
necesite cambiar significados, emociones o creencias, debe seguir percibiendo
el mundo a través de sus propios ojos, no a través de los de su terapeuta.
- Cultiva rutinas de
autocuidado y protege tu vida privada. Ten vida propia fuera del trabajo y disfrútala.
Construye relaciones y placeres significativos (amistades, afectos, hobbies).
- Establece un ritmo de
trabajo que no afecte a tu rendimiento profesional y respeta tus límites.
Cuando el cansancio, el estrés o tus problemas personales influyan en tu
trabajo, pide ayuda, busca terapia para ti, con tu pareja o familia; o retírate
durante un tiempo si lo necesitas.
- Respeta y valora el
compromiso de corresponsabilidad que has adquirido al ejercer esta profesión y mantén
tu confianza sincera en la capacidad que tienen las personas para remontar sus
dificultades y dilemas relacionales si se les brinda el acompañamiento (con
respeto, curiosidad, aceptación, flexibilidad y legitimación) necesario.”
En este diálogo reflexivo con
preguntas realizadas desde la complejidad para abrazar la incertidumbre, en
esta apertura a la diversidad, en este proceso transformador, en este encuentro
generativo: no se trata de aplicar, imponer, amaestrar u homologar lo distinto
con técnicas, recetas y protocolos hechos de lugares comunes, conformismo y
poca inteligencia de los expertos de turno; sino, que es una invitación
(confiando en el proceso dialógico, en los recursos y fortalezas del otro) a
tejer y coconstruir con el consultante nuevos significados, alternativas y
posibilidades sociales creativas, inéditas.
AVISO IMPORTANTE:
Luego de un sondeo entre las
personas que manifestaron su interés en participar en la Certificación
Internacional en Prácticas Colaborativas y Dialógicas ICCP, Ecuador y
recogiendo su pedido, daremos inicio a este proceso innovador en ABRIL del
2020, con un Seminario Internacional que estará facilitado por la Dra.
Sylvia London, M.A. del Grupo Campos Elíseos, de México.
Esto dará tiempo a las
personas que quieran participar para prever la reserva de su cupo oportunamente
y vivir la experiencia de aprendizaje colaborativo en Ecuador.