viernes, 15 de junio de 2018


POSIBILIDADES (CO-CREAR DIFERENCIAS) PARA UNA TERAPIA RELACIONAL 

Consorcio Relacional y Socioconstruccionista del Ecuador (IRYSE)


Dr. Diego Tapia Figueroa y
MSc. Maritza Crespo Balderrama (junio, 2018)

Todo lo que hago, lo hago con alegría.” Michel de Montaigne (trad. en 2007, p.588)




Como IRYSE, coordinamos espacios de supervisión y multivisión clínica y en ellos, es común recoger las siguientes preguntas de psicoterapeutas, y otros profesionales, interesados en mejorar su práctica: 

1. ¿Cuáles son los pasos para ser un buen terapeuta, sea cual sea el modelo que se escoja? 
2. ¿Qué herramientas son las principales, que debemos manejar para la terapia? 
3. ¿Cómo garantizar que la terapia sea exitosa? 
4. ¿Cómo dejo de ponerme en el lugar del experto frente a los “pacientes” y cómo debemos dar respuestas y soluciones a sus problemas y demandas? 
5. ¿Cómo manejar la contratransferencia o resonancia?

Nuestro proceso, como terapeutas, se basa en la consistencia que nace del respeto y la curiosidad, del interés de conocer, reflexionar y dialogar de manera distinta, profunda, creativa y genuina. En los diálogos que proponemos, elegimos invitarlos a reflexionar (a consultantes y terapeutas) para que en conexión consigo mismos y con los otros presentes en cada encuentro, puedan encontrar las respuestas que les sirvan, por ejemplo, para traer nuestros recursos a este diálogo terapéutico, que tiene un propósito transformador.

Desde los desarrollos de Foucault, conocemos que nuestras relaciones interpersonales están siempre matizadas por el poder que ejercen los discursos dominantes de género, raza, clase social, paternalismo, capitalismo, individualismo y educación, produciendo una clasificación social estratificada y relaciones tácitamente jerarquizadas, donde los interlocutores se mueven entre el poder y el sometimiento, el experto y el ignorante, el que ordena y el que obedece, el que controla y envía tareas; estilos relacionales, que buscamos no reproducir en nuestra terapia construccionista social.

En la terapia se busca contribuir con los consultantes a articular, a lo largo de su experiencia, redes relacionales y de significado que les lleven a encontrar respuestas tentativas, diferencias y preguntas más profundas. Es el desafío de la experimentación creativa con nuevas posibilidades; de contribuir a experimentar con nuevos argumentos. En el espacio de la terapia, el statu quo cambia. Si el proceso ha facilitado el crecimiento del consultante, éste se encontrará en un lugar distinto, diferente de donde empezó continuando con el proceso de autodescubrimiento y transformación.

Algunas Ideas sobre cómo actúa el terapeuta construccionista social, tomadas de Friedman (1996) son:
  • Cree en una realidad construida socialmente.
  • Enfatiza la naturaleza reflexiva de la relación terapéutica en la que el consultante y el terapeuta co-construyen significados mediante el diálogo o la conversación.
  • Se aleja de las distinciones jerárquicas hacia una oferta de ideas más igualitaria en la que se respetan las diferencias.
  • Se mantiene empático y respetuosos ante el predicamento del consultante y cree en la capacidad de la conversación terapéutica para liberar aquellas voces e historias que han sido suprimidas, ignoradas o no tomadas en cuenta previamente.
  • Co-construye los objetivos y negocia la dirección de la terapia, colocando al consultante en el "asiento del conductor", como experto en sus propios predicamentos y dilemas.
  • Busca y amplifica las habilidades, fortalezas y recursos y evita ser un detective de la patología o reificar distinciones diagnósticas rígidas.
  • Evita utilizar un vocabulario de déficit y disfunción, reemplazando la jerga de la patología (y la distancia) con el lenguaje cotidiano.
  • Está orientado hacia el futuro y es optimista respecto al cambio.
  • Es sensible a los métodos y los procesos utilizados en la conversación terapéutica.

Esta terapia se convierte en un espacio para reflexionar sobre las condiciones de vida, sean estas relacionales, económicas, familiares, políticas, físicas, emocionales, sexuales, socioculturales, etc. Como explica Marcelo Pakman (1996), para que las prácticas constructivistas/construccionistas constituyan recursos para la acción en el terreno de la terapia, tienen que ser modos de organizar diálogos como proceso reflexivo de cambio, o sea como proceso social crítico.

Cuanto más el terapeuta conoce sus “lentes teóricas” más conoce del contexto y se aleja de los dogmatismos típicos de la esclavitud de ideas. La relación de supervisión (hablaremos de este proceso en futuros artículos) es, entonces, un espacio de aprendizaje adulto donde las teorías y conocimientos se articulan en un proceso espiral de “apreciación, acción, re-apreciación” que genera conocimientos y descubrimientos únicos e inesperados. El “supervisor” (intervisor) en su conversación con el terapeuta y/o consultante necesita transformar sus conocimientos teóricos en experienciales y performativos; en “teorías en acción” (Schon, 1983). Las emociones vividas y las comprensiones que surgen en el interior del terapeuta se convierten en preguntas y comentarios que acercan o distancian a los participantes en su búsqueda de alternativas.

El terapeuta no colabora en las transformaciones que los consultantes necesitan porque sabe, sino porque es. La terapia no es una técnica ni un recetario de autoayuda, sino un encuentro respetuoso (con ética relacional) entre dos seres que tratan de no perder nada de su compleja realidad propia y recíproca, construida conjuntamente. El desafío para el terapeuta es también, ser congruente y consecuente, tanto como profesional, como en todos los contextos de su vida cotidiana. Es la aceptación radical de quien uno es, y del otro. Albert Camus, sostenía: «La verdadera generosidad para con el futuro reside en darlo todo en el presente.» Desde la pragmática reflexiva del construccionismo social, ponemos el foco en la relación existente entre nosotros, en el “CON”, que se entreteje relacionalmente. Co-construimos conjuntamente y expandimos las posibilidades con el diálogo para la co-creación de futuros nuevos, distintos.  

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